-Cuando somos felices no nos damos cuenta, eso también es injusto. Deberíamos vivir la felicidad intensamente y tendríamos que poderla guardar para que en los momentos en que nos haga falta pudieramos coger un poco, del mismo modo que guardamos cereales en la despensa o recambios de papel higiénico por si se acaba, ¿entiende?
-¿Por qué necesita recambios?
-¿Y usted no? ¿Ya es bastante feliz?
-No, no lo soy, pero... No creo que lo necesite.
No hay comentarios:
Publicar un comentario